Un hombre y una mujer sobrevivientes de la última dictadura militar relataron ante el Tribunal Oral Federal número 1 de La Plata los secuestros y torturas padecidas en el Cuerpo de Infantería de la capital bonaerense.   Se trata de Stella Maris Spósito, quien era una adolescente de 17 años al momento de su secuestro, e Irineo Mujica, delegado gremial de una fábrica de Berazategui.   Ambos declararon ante el TOF 1 de La Plata, que desde mayo último juzga a 18 represores por los delitos cometidos contra 210 víctimas cautivas en el Cuerpo de Infantería de las calles 1 y 60 de La Plata y la comisaría 8va. de la capital provincial.   "Era el 28 de mayo de 1976, tenía 17 años y estaba en mi casa con mi mamá y mi hermano Hugo, en Ensenada, cuando golpean a la puerta y gritan ´Abran, Ejército Argentino´. Y abrimos", comenzó a contar Spósito.   La mujer apuntó que horas antes de esta irrupción se había ido de su casa Daniel -su novio de ese entonces- quien era oficial del Cuerpo de Infantería de 1 y 60, aunque durante su relato no quiso involucrarlo porque dijo "realmente no sé qué rol ocupó en mi vida".   Detalló que fueron encapuchados y subidos a un camión donde había otras personas, entre ellas "una joven embarazada con una panza como de 9 meses", a quien luego vio en 1 y 60, y de quien supo era esposa de un trabajador de Astillero Río Santiago.   Spósito contó que fue esposada a una cama y que en ese momento apareció su novio y le dijo "quedate tranquila".   La adolescente fue sacada a un patio junto a su madre y fotografiada, tras lo cual aportó el nombre de varios expolicías que trabajaban en esa dependencia policial, aclarando sin embargo que "a las mujeres nos cuidaban (policías) mujeres".   En ese sentido narró que muchos años después, tras ser liberada a fines de 1979, consiguió trabajo en una tradicional casa de ropa de La Plata, "Casa Tía" y en una oportunidad se acercó a ella "una mujer morocha de pelo cortito que le dijo ´¿no me conocés´".   Spósito le dijo que no, y la mujer le propuso: "Cerrá los ojos y escuchá mi voz", pero aún así la sobreviviente dijo no recordar.   "Lo que quiero que sepas es que yo no tenía nada que ver, yo estaba ah porque estaba en mi trabajo", le dijo esa mujer y se alejó.   La testigo contó que una noche "nos sacan a mi mamá y a mí y nos suben a un camión trasladándonos a un lugar donde nos torturaron, nos aplicaron picana eléctrica".   "Me preguntaban por mi hermano Héctor, que dijera dónde estaba, que él ya me había jodido la vida y que si ya había caído (Mario) Santucho cómo no iba a caer mi hermano", relató.