El papa Francisco rechazó las "batallas ideológicas" en la Iglesia al celebrar en la Plaza San Pedro la misa de apertura del Sínodo, que durante octubre reunirá a más de 450 participantes laicos y religiosos para debatir sobre al futuro del catolicismo, y al que se oponen los sectores conservadores de la Curia.   "Queridos hermanos cardenales, hermanos obispos, hermanos y hermanas, estamos en la apertura de la Asamblea Sinodal. Y no nos sirve tener una mirada inmanente, hecha de estrategias humanas, cálculos políticos o batallas ideológicas", planteó el pontífice hoy en su homilía de apertura de los trabajos que se extenderán hasta el 29 de octubre, con la participación directa de 464 miembros de todo el mundo.   "No estamos aquí para celebrar una reunión parlamentaria o un plan de reformas", les dijo, luego de que esta semana recibiera una carta pública de cinco cardenales conservadores con críticas a los temas que tratará el Sínodo.   Así, pidió que los participantes se mantengan lejos de "algunas tentaciones peligrosas: la de ser una Iglesia rígida, que se acoraza contra el mundo y mira hacia el pasado; la de ser una Iglesia tibia, que se rinde ante las modas del mundo; la de ser una Iglesia cansada, replegada en sí misma".