Varias decenas de fieles asistieron este jueves a una misa en memoria de las víctimas del incendio de una sala de fiestas donde se celebraba una boda en Irak, que dejó un centenar de muertos y 150 heridos, en una ceremonia en la que convivían la ira y la tristeza.   El incendio, que destruyó el martes por la noche el predio en la localidad de Qaragosh, también conocida como Hamdaniyah, ubicada en el norte de Irak, a 51 kilómetros al sureste de Mosul, se desató en el medio de la fiesta a la que asistían unas 900 personas, según el ministerio del Interior.   Los retratos de las víctimas -hombres, mujeres y niños de todas las edades- estaban alineados este jueves por la mañana en la iglesia católica siríaca de Al Tahira, donde se celebró la misa.   En el interior del recinto, que recibió en marzo de 2021 una visita histórica del papa Francisco, la emoción se leía en los rostros de los fieles, algunos de los cuales no lograron contener sus lágrimas, según constató en el lugar la agencia de noticias AFP.   El primer ministro iraquí, Mohamed Shia Al Sudani, llegó el jueves por la mañana a la provincia de Nínive, donde se encuentra Qaraqosh, para dirigirse a "los heridos y las familias de las víctimas", según un comu nicado.